La pasada administración estatal dejó a la API de Campeche una deuda de 560 millones de pesos, entre pagos a proveedores y crédito bancario, aseveró el director general del organismo, Alejandro Manzanilla Casanova.
Aseveró que ante los problemas financieros que se enfrenta se tuvo que despedir a alrededor de 80 trabajadores.
El funcionario estatal aclaró que no se trata de un desvío, sino que se detectó la malversación de recursos, después de que finalizó la revisión a los adeudos de alrededor de 300 millones a proveedores y 260 millones de pesos del empréstito.
“La auditoria de la Contraloría duró dos meses y el préstamo lo hizo la pasada administración ante Banamex, sin solicitar autorización previa a ninguna instancia gubernamental, y el recurso se empleó para infraestructura”, dijo.
Mencionó que en lapso de la investigación administrativa, no se requirió separar del cargo a nadie, y que esos 560 millones de pesos en pasivos que dejaron no afectó la operatividad del API de Campeche.
De los despidos, el director general de la API de Campeche explicó que dentro de la restructuración que debía aplicar el organismo, una de las acciones para hacer más eficiente su operatividad fue adelgazar la nómina.
“Aunque los despidos no se debieron al tema del manejo del presupuesto que hicieron sus antecesores, sino que, por un lado decidieron no renovar el contrato a 50 personas, por diferentes circunstancias”, mencionó.
Consideró que los movimientos no fueron tan importantes, aunque fue necesario una reestructuración de la plantilla laboral y por ello se determinó dar de baja a 30 personas.
“Mucha gente que tenía contrato por seis meses, ya no se le renovó, entonces por ello se habla de al menos 80 personas que pertenecían a la pasada administración”, concluyó.