El papa Francisco realizó el martes una visita sorpresiva la región del centro de Italia devastada por un sismo el pasado agosto y rezó solo en silencio entre los escombros de la zona más devastada de la localidad de Amatrice.
El Vaticano anunció la visita luego de la llegada del pontífice argentino a la zona, cumpliendo sus deseos de celebrar un acto privado.
”No vine antes para no causar problemas, dada su situación”, dijo el papa a los sobrevivientes según Radio Vaticano. ”No quería ser un estorbo”.
La visita coincidió con la festividad de su tocayo, san Francisco de Asís.
Las fotografías distribuidas por el Vaticano muestran al papa rezando en medio de los escombros con el campanario medieval de Amatrice, que sigue en pie y se convirtió en un símbolo de esperanza, visible en segundo plano.