Con un chupón en la boca, un pequeño recibió la medalla de honor póstumo luego de que su papá, un valeroso bombero, perdiera la vida hace unos días en su intento por sofocar los incendios que azotan gran parte de Australia.
Geoffrey Keaton, el bombero australiano de 32 años, murió luego que un árbol cayera sobre la camioneta que tenía a su cargo mientras luchaba contra las llamas al sur Sídney, el pasado 19 de diciembre.
En el vehículo también estaba su compañero Andrew O’Dwyer, de 36 años, quien también pereció.
El bombero recibió una condecoración póstuma por parte del comisionado por Servicio extraordinario. Fue su hijo Harvey Keaton, de solo 19 meses de edad, quien recibió la medalla de honor.
El pequeño, que vestía uniforme y chupón, recibió de manos del propio jefe de Bomberos del estado de Nueva Gales del Sur, Shane Fitzsimmon, el galardón en una emotiva ceremonia.