Los celos de su amante, orillaron a David Petraeus, ex director de la CIA, a renunciar a su encomienda, y es que según fuentes cercanas a la investigación, Paula Broadwell, amante de Petraeus, envió correos amenazantes a Jill Kelley, una vieja amiga de la familia de Petraeus, lo que desató este conflicto.
Al sentirse amenazada, Jill Kelley, de 37 años, acudió al FBI de Florida, al recibir una serie de correos amenazantes, los cuales luego de ser rastreados dieron con Paula Broadwell y su relación con Petraeus.
Los correos, presuntamente, contenían frases como: “Sé lo que hiciste, sal de mi hombre”.
Esta situación, además de obligar al ex director de la CIA a renunciar, levantó fuertes críticas de líderes demócratas y republicanos del Congreso estadounidense, quienes lamentan la tardanza del FBI en informarles de esta investigación, anunciada el mismo día de las elecciones presidenciales.