El Papa Francisco quiere erradicar de golpe la Pederastia, lavado de dinero y filtración de informes secretos. El pontífice emitió un decreto para endurecer los castigos contra la pornografía, la prostitución infantil y el abuso sexual contra menores.
En la misa del domingo pasado, el pontífice adelantó estos cambios.
“Tenemos necesidad de llegar a lo esencial de la fe cristiana, de profundizarla, de confrontarla con la problemática actual”, comentó el Papa Francisco.
La reforma al Código Penal de 1929 establece, desde ahora, penas de cinco a 12 años de cárcel para quien cometa estos crímenes dentro del Vaticano. El ajuste está en concordancia con la Convención Internacional de Derechos del Niño de las Naciones Unidas.
Conocido como “motu proprio”, el decreto fue más allá: ratifica el compromiso del Estado Vaticano a acatar tratados internacionales contra el lavado de dinero y el terrorismo para no dar refugio al crimen organizado. Además, sanciona la filtración de información dentro de la Santa Sede y establece como delitos el genocidio, la discriminación racial y la tortura.
El Papa Francisco eliminó la cadena perpetua, al cambiarla por una sentencia máxima de 35 años de cárcel.
Además, la persecución de cualquier delito alcanzará a todos aquellos cuya actividad esté ligada a la Santa Sede más allá de las fronteras del Vaticano.