Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS)-Organización Mundial de la Salud (OMS), un mexicano consume al año 163 litros de refresco, 45 más que un ciudadano en Estados Unidos.
Por lo anterior, México es el primer lugar en todo el mundo en la compra de estas bebidas, las cuales dañan seriamente al organismo, ocasionando altos índices de obesidad, por lo que el Instituto Nacional de Salud Pública (INS) insistieron en el gravamen a estas bebidas del 20%.
Maureen Birmingham, representante de la Organización Mundial de la Salud, dijo que esta medida es necesaria para atender “la emergencia nacional” en el país y para reducir los niveles de pobreza.
Datos del INS señalan que esta carga fiscal derivaría en una reducción en el consumo de un 26% y una recaudación de 24 mil millones de pesos al año que podría cubrir los daños por obesidad.
Se estima que para finales de esta administración existirán 800 mil casos nuevos de diabetes, asociadas al consumo de alimentos chatarra y altos en azúcares.
La senadora Marcela Torres dijo que existe presión de las refresqueras para que no pase este impuesto, pero que, desde el Poder Legislativo, buscarán también en el etiquetado de estas bebidas con la cantidad que contienen de azúcar.