Las Naciones Unidas ha solicitado formalmente al régimen de Bachar el Asad que permita al equipo de inspectores que está en Damasco, realizar una inspección en el suburbio de Ghuta, donde, según los rebeldes, más de 1.400 personas murieron el miércoles tras un ataque aéreo del Ejército, posiblemente con gas sarín.
Por su parte, el presidente Barack Obama, ha ordenado a las agencias de inteligencia norteamericana, que investiguen lo sucedido en Ghuta. Mientras que 37 países encabezados por Reino Unido pidieron por escrito a la organización multilateral que amplíe el mandato de los técnicos, limitado ahora a la visita a tres lugares donde supuestamente se emplearon armas químicas en primavera, tanto por parte del régimen como de los rebeldes.
“Es prioritario saber si la información es cierta”, destacó el Gobierno británico. La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, reveló que en Ghuta hay “miles de heridos que necesitan desesperadamente atención médica y ayuda humanitaria”.
Rusia, aliada de El Asad, y China impidieron una resolución más dura, mientras que los impulsores del encuentro, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Luxemburgo y Corea del Sur, redujeron sus pretensiones hasta lograr un texto de consenso.
Si el Consejo de Seguridad no aporta soluciones, habrá que buscar “otras vías”, dijo ayer al canal BFM el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius. Defendió que, si se confirma la acusación del uso de gas sarín, habría que responder “con fuerza”. Repreguntado por su entrevistador, solo descartó por “imposible” el envío de soldados sobre el terreno. Lo que no se puede permitir es la “impunidad total” de El Asad, recalcó.
Israel insistió en que tiene pruebas de que El Asad ha empleado armas químicas antes. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, aseguró que Siria es “un campo de pruebas para Irán”, que espera a ver cómo responde el mundo.
Sobre el terreno siguieron muriendo sirios. Los Comités Locales de Coordinación denunciaron que las tropas de El Asad atacaron con morteros y cohetes Jobar y Zamalka, dos de los barrios inundados por los supuestos agentes químicos 24 horas antes. Murió una decena de personas y 32 resultaron heridas.