El secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, reconoció que el Gobierno Federal no tiene contemplado que el precio de la gasolina baje con la aprobación de la reforma energética propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto.
Por el contrario, dijo que la reforma energética del Ejecutivo Federal busca, a través del fortalecimiento de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), apuntalar la capacidad de ejecución del Estado mexicano.
Lo anterior, durante su comparecencia ante las Comisiones Unidas de Energía, Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos, Primera, donde el funcionario federal subrayó que la reforma busca fortalecer la rectoría del Estado proveyéndole de los instrumentos necesarios para implementar la política energética.
Por ello, enfatizó, dotará de atribuciones a los órganos reguladores en materia de costos, acceso universal, seguridad, confiabilidad y energías limpias, por mencionar algunas.
Por lo que se refiere al ramo de la electricidad, expuso que si la reforma eléctrica es de la competitividad económica, también es una reforma de alcance social, pues, aseguró, garantizaría el acceso a la energía eléctrica al mantener las obligaciones de servicio público y establecer el acceso universal como una prioridad de la política energética.
El titular de la Secretaría de Energía sostuvo que a partir de lo que los legisladores determinen, “estaremos en posibilidades de construir un nuevo modelo energético para el país”.
Enfatizó que si desarrollamos los cuantiosos recursos prospectivos, México podría llegar a ser un gran centro de distribución y transporte de gas natural y energías limpias y, por ende, podría proveer al norte y al sur, impulsando en los hechos, la integración energética con Centroamérica y el Caribe.
Comentó que el conjunto de América del Norte podría resultar atractivo para los fabricantes de la región, asiáticos y europeos que se instalen en nuestros territorios atraídos, por los precios bajos que arroja la revolución del gas de lutitas.
Señaló que el impacto del gas natural a precios competitivos, redundará en la acelerada multiplicación de la planta productiva en amplias regiones del país, en la producción de más energía eléctrica a partir de este insumo conocido como “el energético de la transición”, lo que además permitirá reducir el costo de la factura eléctrica de nuestros hogares, comercios y servicios, además de que podría detonar la producción de fertilizantes.
Además, resaltó, se podrá relanzar la industria química y petroquímica que actualmente importa casi 30 mil millones de dólares al año, si conseguimos abaratar los precios del gas natural.
Indicó que más prometedor y desafiante es el mercado internacional del crudo, ya que el alto precio del petróleo ha hecho posible la incorporación del mercado de crudo proveniente de aguas profundas y ultra profundas.
Consideró que México tiene que ampliar sus reservas e incrementar su producción de petrolíferos, toda vez que la empresa petrolera nacional presenta bajos niveles de eficiencia operativa y márgenes de rentabilidad negativos en sus refinerías, “lo que nos ha llevado a pérdidas de miles de millones de pesos en los últimos años”.
Para ello, dijo, se tienen que aprovechar los recursos que se encuentran en el subsuelo y, si se aprueba la reforma energética, se mantendrá el control de los hidrocarburos, pero también con la posibilidad de asociarnos con quien pueda aportar capital, tecnología y asuma los riesgos geológicos, financieros y ambientales que implica la exploración y extracción de crudo en aguas profundas y ultra profundas y en campos no convencionales.