“Hola extraño, si estás leyendo esto significa que estoy muerto, en fin de cualquier manera no hay mucha explicación, cruzaba por un tipo extraño de depresión, que no curaba el Prozac y que sentí tras llegar a un punto culminante del día, que mi existencia no tiene sentido”.
“Gracias a todos y perdón por no encontrar la respuesta aunque ahora podré conocer qué hay del otro lado de la mancha blanca, que dicen se ve al final del camino, lo presencié ya dos veces, bueno la muerte como diez veces o más pero sólo dos significativas”.
“Información para los medios, nunca existió tal situación, niéguenlo todo, nunca existí, al que lo lea esta maneje la situación con tacto aunque reconozco que será realmente imposible”… atentamente Julio Arroyo Ocaña.
Pdta: No soy feliz desde hace más de siete años. Sólo espero no haber sufrido.
Estos fueron algunos de los párrafos de la nota póstuma que Julio Arroyo Ocaña escribió el día que se quitó la vida, en La Cristalina, la cual fue leída por el procurador de Justicia, Arturo Ambrosio Herrera.
Este lunes, el abogado del Estado dio a conocer los resultados de diversos estudios practicados al cuerpo.
Dio a conocer en conferencia de prensa que tras haber realizado las pruebas científicas, investigación de campo y autopsia psicológica, se determinó que el joven pasante de medicina, Julio Alejandro Arroyo Ocaña, cometió suicidio.
El funcionario estatal recordó que el lunes 25 de noviembre del presente año, a las 12:00 horas aproximadamente, el Ministerio Público recibió un aviso telefónico del hallazgo de un cuerpo sin vida en las instalaciones del Centro de Salud de la comunidad La Cristalina, municipio de El Carmen; asimismo se supo que se trataba del médico de la misma y que se observaba sangre en el interior del lugar.
En este sentido, el representante social inició la Averiguación Previa 8010/8ava/2013, acudiendo al lugar la policía ministerial, quien resguardó el área; mientras, peritos criminalistas y ministerio público se avocaron a las diligencias, realizando inspección minuciosa en todo el exterior del inmueble, no encontrando indicio alguno relacionado con sangre o huellas de la misma; los accesos se encontraron cerrados y no se detectó dato o evidencia de violencia sobre los accesos o ventanas.
Añadió que en el exterior se encontró un vehículo de la marca Dodge, con placas DGS 8139 del Estado, propiedad de Julio Alejandro Arroyo Ocaña, el cual no presentó signos de violencia alguna, ni datos o indicios de sangre.
Ambrosio Herrera explicó que para ingresar al centro, éste fue previamente abierto con la llave que obraba en poder de la persona que asistía al médico, y que, al tratarse de un lugar cerrado, su inspección y análisis se trazó por cuadrantes.
En la pieza que corresponde a la sala de espera del consultorio y espacio de la asistente, todo se encontró en orden, en condiciones de limpieza; a un costado de la puerta principal, junto a una báscula, en el piso, se encontraron manchas de sangre, las cuales se determinó que son huellas de contacto por apoyo, con claros deslizamientos y goteos dinámicos, indicando que la persona que sangraba estaba en movimiento.
Añadió que al ingresar al consultorio, en el piso se notaron dos rastros de sangre de huellas de deslizamiento hasta un sillón ejecutivo, en el cual fue encontrado el médico, sentado, con el cuerpo desnudo, la cabeza hacia atrás y en ambas laterales de cuello se observaron heridas cortantes.
Asimismo, a sus pies se encontraba un short, el cual correspondió a las huellas de deslizamiento, y una jerga de trapear; había escurrimientos hemáticos e indicios de humedad.
También se observaron dos puertas, una que conduce a un baño y la otra a una recámara, así como un marco sin puerta de una pieza pequeña con archiveros metálicos y medicamentos en orden y con etiquetas; en un anaquel se encontró una tapa que corresponde a un frasco faltante, que guarda correspondencia con un frasco con tapa de igual diámetro y forma, correspondiente al producto Lidocaína, con clave 262.
Aseveró que en el baño se apreciaron manchas de sangre, escurrimientos y salpicaduras, así como contactos en puerta, inodoro, pared y se observó escurrimiento e indicio de humedad en la pila de la regadera, así como un jabón con sangre, una toalla con el mismo líquido hemático, en el suelo, y se observó la correspondencia con huellas de deslizamiento desde el baño hasta el lugar donde se encontraba la prenda de vestir.
Indicó que en el suelo de la recamara se encontró evidencia de un lago hemático (sangre) con escurrimiento hacia la pared lateral, además de goteo dinámico y salpicaduras en pared cercana a la puerta.
Junto a una mesa pequeña se encontró una navaja metálica -de las llamadas mariposas-, con presencia de sangre; algodón, una jeringa usada con aguja, una tela adhesiva de curación de color blanco, un juego de llaves, dos bolígrafos, así como unos lentes.
En la cama, junto al lago hemático, la sobrecama presentaba manchas de escurrimiento y de contacto; en el suelo se encontró un atril con una botella de solución de suero (cloruro de sodio), junto a la mesa del refrigerador se halló una jeringa con su aguja usada y un cuchillo aserrado de acero, el cual se encontraba impregnado de sangre; en la silla frente a la cama se localizó una hoja tamaño carta, impresa en aproximadamente sus tres cuartas partes y la restante escrita a puño y letra, la cual está firmada al calce y que corresponde a un mensaje póstumo.
Ambrosio Herrera indicó que en la habitación se encontró conectado un teléfono celular que pertenecía al occiso, la cantidad de 700 pesos y diversas pertenencias, asimismo en otra mesa había una cangurera con dinero en efectivo, un reloj y las llaves de automóvil Dodge, lo anterior fue asegurado iniciando la cadena de custodia, siendo remitidos a los estudios correspondientes de laboratorio en las especialidades de grafoscopía, hematología, lofoscopía, electrónica forense, informática, entre otros.
El cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense en esta ciudad capital, donde se le realizó la necropsia de ley, la cual reportó que la causa de la muerte fue anoxemia aguda por hemorragia externa secundaria a heridas en cuello, ocasionadas por agente vulnerante de características cortantes.
Dijo que el cuerpo del joven pasante de medicina, que tenía 24 años de edad, presentaba lesiones externas en cuello lado derecho; cuatro heridas cortantes, de 2.5 cm, de 5 cm, 7 cm y 6 cm de longitud, cuya dirección es de adelante hacia atrás; y en el lado izquierdo del cuello, porción media, presentaba una herida de 6 cm de longitud, cuya dirección es de atrás hacia adelante. Presentaba además una herida cortante en la cara anterior del tercio distal del antebrazo izquierdo, con excoriaciones en placa de 1.5 cm de longitud, donde se aprecia la dirección de abajo hacia arriba.
Subrayó que también presentó tres heridas puntiformes en región pectoral izquierda con halo equimótico y dos heridas puntiformes en tercio médico cara anterior de antebrazo derecho. Presentaba además diversas equimosis, ocasionadas por caída en región ciliar izquierda, en ambos codos y rodillas con predominio al lado derecho.
El servidor público indicó que la apertura de las cavidades no mostró ninguna alteración o lesión dentro de cabeza; el encéfalo, pulmones, corazón y órganos intraabdominales se observaron con características normales y sin lesiones.
El procurador comentó que mediante resultó negativo el examen toxicológico para el uso de alcohol y drogas de abuso. Asimismo se solicitó colaboración para realizar prueba de absorción atómica en búsqueda de fármacos en el cuerpo. Mientras que la sangre encontrada en el centro de salud, resultó ser de origen humano, además de que el factor O RH+, corresponde al tipo sanguíneo de Julio Alejandro Arroyo Ocaña; aclarando que los elementos dactilares encontrados, corresponden al hoy occiso.
Por otra parte, el abogado del Estado manifestó que la letra y firma que presenta la cuarta parte del escrito corresponde en origen escritural y firma al hoy occiso. Uno de los bolígrafos asegurados fue el utilizado para escribir y firmar la última parte de la hoja.
De esta forma, mediante el uso del programa de Análisis de Informática Forense AccessData FTK (Forensic ToolKit), que se realizó a la impresora HP Laser P1606DN (laser blanco y negro) encontrada en un escritorio, así como a la información que contenía dicho equipo, fue posible encontrar parte o el total de un documento aunque este fuera eliminado, e inclusive que el equipo fuera formateado.
En este contexto se encontró un archivo que contenía el texto de la carta impresa, denominado “Hola.docx”, que fue creado el 23 de noviembre de 2013, a las 22:46:57, siendo la última modificación el 23 de noviembre de 2013 a las 22:46:58, datos que fueron extraídos mediante el programa de informática forense, por lo que fue impresa desde este equipo.
Por otro lado, en conjunto y de acuerdo a los estudios practicados, se estableció que las lesiones que presentó el cuerpo fueron auto infligidas (producidas por él mismo sobre su cuerpo), las cuales realizó con la mano derecha)
Asimismo se realizó inyecciones con infiltraciones en su tórax del lado izquierdo, que llegaron a músculo, y entró al baño a lavarse las lesiones y dado el estado en que se encontraba, provocó que cayera al piso más de una ocasión, resultando con lesiones de contusión indirecta y, por último, al salir semimojado del baño se sentó en la silla donde fue hallado muerto.
Por último, mediante el análisis realizado por la experta Ana María Chávez Hernández, quien cuenta con doctorado en Psicología y que fuera presidenta y fundadora de la Asociación Mexicana de Suicidiología, durante la autopsia psicológica realizada a la carta póstuma que dejó Julio Alejandro Arroyo Ocaña, se determinó que se trató de un suicidio.
MENSAJES DE TELÉFONO CELULAR FACEBOOK
El procurador de Justicia indicó que en los mensajes que Julio Arroyo Ocaña envió hace meses se le nota ya sentimientos de inseguridad y autodevaluación. “Desde los mensajes del mes de junio se pueden ya leer sus pensamientos suicidas, indican que quizá la muerte sea una solución final a sus largos y ya continuos sentimientos dolorosos y de inadecuación”.
Indica también que la muerte posiblemente vendrá en un próximo periodo de tiempo.
“En su mensaje se manifiesta el dolor por una separación, o quizá una relación, esta pudo haber actuado como un factor desencadenante pero jamás como la causa, aunado a lo que se considera una pesada carga como pasar el internado como pasante de medicina”.