De acuerdo a Canelle Poirier y Mauricio Santillana de la Facultad de Medicina de Harvard en Boston, Massachusetts, es poco probable que las temperaturas más altas del verano limiten la propagación del covid-19.
Aunque los virus de la influenza sobreviven más tiempo fuera del cuerpo en aire frío y seco que en ambientes más cálidos y húmedos, la investigación reciente ha dado una imagen mixta de si el nuevo coronavirus muestra un comportamiento similar.
Los especialistas y sus colegas crearon un modelo que incorpora datos de China recopilados entre mediados de enero y mediados de febrero y descubrieron que el clima por sí solo no podía explicar la variabilidad en la propagación del virus, que continuó en áreas de China con climas tropicales y también en aquellas que son frías y secas.
Los datos incluyeron recuentos de casos de COVID-19, condiciones climáticas e información sobre viajes nacionales. El modelo también tomó en cuenta los bloqueos instigados por el gobierno.
Cabe destacar que no es la primera investigación que lo demuestra. Un estudio de la Universidad de Princeton señaló a comienzos de este año que las altas temperaturas y la humedad no limitarían la propagación de la COVID-19 mientras la población continúe sin desarrollar inmunidad.