Los robos en el Mercado Principal “Pedro Sainz de Baranda” no es algo nuevo ni desconocido para quienes acuden a esa central de abasto, situación que amenaza con intensificarse ante el cierre de locales por las bajas ventas ante la contingencia sanitaria por el Coronavirus pero también porque la presencia de elementos policiales solo se da “por ratos” durante el día.
Locatarios de la principal central de abasto en esta ciudad capital aseguran que desde las primeras horas del día, cinco de la mañana, hay un grupo de personas, jóvenes en su mayoría, en las inmediaciones del mercado, que se dedican a robar, lo que los obliga a ser más cautelosos para abrir sus establecimientos.
Indicaron es un grupo de aproximadamente 20 personas, en su mayoría jóvenes, que desde antes de su llegada, ya están en las inmediaciones, sobre todo en las inmediaciones de la parada de camiones, por lo extreman precauciones para trabajar.
-Nosotras llegamos a las cinco de la mañana y ya están ahí; es atemorizante porque no hay mucha gente y entramos para abrir el local; lo hacemos rápido para evitar riesgos y a esa hora no hay elementos policiales en el mercado –afirmaron María Candelaria y Marina.
Coincidieron en afirmar que el grupo de jóvenes es conocido de todos los locatarios e, incluso, de los policías, y que cuando atrapan a alguno, en menos de media hora lo vuelven a ver en los pasillos del “Sainz de Baranda”.
En el caso de los tablajeros, señalaron que han sido objeto de robos de manera frecuente, con pérdidas importantes en lo económico, pues se llevan los molinos y ganchos con que cuelgan la carne con pérdidas que podrían superar los 23 mil pesos, por lo que se llevan sus herramientas de trabajo a su casa o las guardan en un local fuera de la central de abasto al terminar su jornada.
Aseguraron la vigilancia es solo por ratos; los policías recorren los pasillos dos o tres veces al día, luego se reúnen cerca del área de estacionamiento donde se ubican las combis, en el Circuito Baluartes, donde permanecen más de media hora, antes de retirarse; la historia se repite todos los días.