Poner fin a la epidemia del sida en 2030 es un plan “ambicioso pero viable“, aseguró el brasileño Luiz Loures, director ejecutivo adjunto de Onusida, el programa de Naciones Unidas para lucha contra esa enfermedad.
Loures participa en la IV Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos de Personas LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales), una cita que se desarrolla por primera vez en América Latina y que coincide con un momento importante para la región en cuanto al sida y el VIH.
Según datos de Onusida, en el último lustro se ha reducido 26% el número de muertes vinculadas al síndrome de inmunodeficiencia adquirida.
Pese a ello, el año pasado 2,1 millones de personas contrajeron el VIH a nivel global, de las que más del 90 % son trabajadores sexuales, consumidores de drogas inyectables, presos, transexuales y homosexuales y sus parejas.
El último informe de la entidad señala que los hombres homosexuales representan el 30 % de los nuevos contagios del VIH en América Latina, un dato que Loures achaca a la discriminación.
La agenda para el desarrollo promovida por la ONU se fija entre sus metas al poner fin a la epidemia del sida en 2030, un objetivo “ambicioso pero viable“, según Loures.
Desde su punto de vista, Latinoamérica está en la vanguardia en muchos de los campos vinculados a la enfermedad, “principalmente en cuanto al tratamiento.”
Destacó a Uruguay como un ejemplo a seguir para muchos países del mundo debido a su política de inclusión y a la implementación de la misma en su sistema de salud y educativo.
En ese sentido, apuntó la relevancia de que el país suramericano acoja la IV Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos de Personas LGBTI, una cita que coorganiza junto a los Países Bajos y que finaliza el viernes.