Donald Trump despidió a su principal asesor de política, Roger Stone, aunque éste asegura que renunció a su puesto.
Las diferencias entre Stone y Trump también abren una ventana sobre el rumbo que tomará la campaña del magnate estadounidense: un bando quiere mantener a Trump con un alto perfil, capitalizando sus desencuentros con personajes de los medios así como su retórica incendiaria, mientras que otro bando quiere llevar al aspirante a la nominación del Partido Republicano a una estrategia política más disciplinada.
Y es que lo último de Trump ha sido una actuación explosiva durante el primer debate de aspirantes republicanos a la presidencia de EU el jueves pasado en Cleveland, al hacer comentarios polémicos sobre la presentadora de noticias de Fox News, Megyn Kelly.
El hombre, un exasesor del presidente republicano Richard Nixon que conoció a Trump desde hace décadas, ayudó a preparar al magnate para el debate del pasado jueves. El asesor esperaba que Trump se enfocara y fuera disciplinado, apegándose a los temas como inmigración ilegal y comercio exterior. En lugar de eso, Stone concluye que Trump decidió hacer del debate “un lugar parecido a un circo”.
La relación laboral entre Stone y Trump se distanció aún más cuando Trump hizo unos comentarios controversiales sobre la presentadora de Fox News, Megyn Kelly.