Luego de que grupos de autodefensas avanzaran a cinco ciudades más de Michoacán, pobladores de San Juan Nuevo Parangaricutiro exigieron a las autoridades de esta comunidad indígena la salida del municipio, ya que los acusan de ser sicarios y de pertenecer a las filas del crimen organizado.
Esto luego de aceptar la instalación de barricadas apoyadas por Autodefensas y posteriormente la conformación de su propia Policía Comunitaria.
Armados de piedras y palos, los habitantes del lugar, entre gritos y empujones, intentaron desterrar a sus autoridades.
Los ánimos se caldearon después de que las principales autoridades, desde el Comisariado Ejidal hasta el alcalde y los regidores del ayuntamiento pidieron a los pobladores no aceptar la presencia de las Autodefensas. Esta situación prevalece a las afueras del ayuntamiento, fuertemente resguardado por fuerzas federales.
Enfrente, otro nutrido grupo de ciudadanos indígenas se organizan para iniciar su lucha contra la delincuencia.
Todo ello obliga a que las autoridades intentaran huir ante la furia de la población volcada en su contra. No obstante, su objetivo fue frustrado ya que los funcionarios municipales sólo pudieron correr hacia el interior del Palacio Municipal.
El intento de linchamiento de los pobladores hacia las autoridades ha sido tal que ya la Policía Federal tuvo que hacer una valla de contención para evitarlo.