Se estima que el 99 % de las especies de aves marinas del planeta, entre ellas pingüinos, albatros y pardelas, tendrán plástico en el estómago para el año 2050.
La investigación, en la que también participó el Colegio Imperial de Londres, se apoyó en datos históricos que determinaron que en 2010 el 80 por ciento de las aves marinas tenían plástico en el estómago, cuando a principios de 1960 la cifra era del 5 por ciento.
Es un hecho más del 90% de todas las aves marinas vivas ha ingerido algún tipo de material plástico como fibras de ropa sintética, bolsas o tapas de botellas que han sido vertidas al océano desde desagües, depósitos de basura o ríos urbanos.
La presencia de plástico tendrá un mayor impacto en una franja que abarca el sur de Australia, Sudáfrica y Sudamérica, que tiene una gran diversidad de especies.
Denise Hardesty, coautora del estudio, indicó que durante uno de los trabajos de campo se hallaron 200 piezas de plástico en las entrañas de un solo ejemplar de ave marina, pero aseguró que aún se puede revertir sus efectos en la vida salvaje.
La investigadora señala que una mejor gestión de los desperdicios puede reducir la amenaza que supone el plástico en la vida salvaje marina, también defendió la eficacia de pequeñas medidas como la reducción del uso de bolsas de plástico o la introducción de depósitos para material reciclable.