Una mujer de 31 años y un niño pequeño fueron asesinados con balazos en la cabeza el jueves, coinvirtiéndose así en las víctimas 37 y 38 de homicidio en lo que va del mes en Baltimore, el mes más fatal en la ciudad en 15 años.
Ese hecho de violencia cobró las vidas de Jennifer Jeffrey y de su hijo de 7 años, Kester Anthony Browne. Los cuerpos fueron identificados por la hermana de Jeffrey, Danielle Wilder.
Mientras familiares lloraban y se abrazaban en la callada cuadra de Southwest Baltimore donde vivían, Wilder dijo que ella sintió como si “me hubiesen arrancado el corazón”.
Wilder dijo que una vecina llamó por teléfono a otra hermana el jueves por la mañana, preocupada porque no había escuchado ningún sonido proveniente de la casa: ni pasos ni voces, dijo Wilder. Tampoco disparos. Pero cuando su hermano entró a la casa a chequear, descubrió los cadáveres.
Wilder dijo que la policía le dijo que no había indicios de entrada forzada a la casa y que quienquiera que mató a Jeffrey y Browne entró con permiso en algún momento la víspera. Wilder dijo que piensa que el que mató a Jeffrey, quien vivía además con su sobrina y su sobrina-nieta, quería sorprenderla cuando estuviera sola y que el niño fue una víctima colateral.
Las muertes del jueves se suman a un aumento en los asesinatos en todo Baltimore que ha cobrado las vidas de 38 personas. Mientras tanto, los arrestos se han desplomado: La policía está arrestando a menos de la mitad de las personas que arrestó el año pasado.