Barack Obama y su gobierno enfrenta una batalla legal difícil y probablemente extensa para anular una orden judicial que bloqueó su reforma migratoria, ya que el juez basó su decisión en una área oscura e irresuelta de la legislación administrativa.
Andrew Hanen, juez de distrito de Estados Unidos fue inteligente al presentar su dictamen con el logró postergar las medidas para proteger a millones de inmigrantes de la deportación, ya evitó sumergirse en profundas cuestiones constitucionales o enfrentar directamente los poderes presidenciales.
En cambio, culpó al presidente Obama por no informar públicamente sus planes.
Esto constituyó una violación de la ley de procedimiento administrativo de 1946, que requiere dar aviso en una publicación denominada Registro Federal así como una oportunidad para que la gente presente sus opiniones por escrito, señaló el juez Hanen.
El fallo, si bien es limitado, marca una victoria inicial para los 26 estados que argumentaron que Obama se había extralimitado en sus poderes, con órdenes ejecutivas que podrían dejar hasta 4,7 millones de inmigrantes ilegales sin la amenaza de ser deportados.
La política de Estados Unidos quedó hecho un caos, con éste dictamen de Hanen, hacia los 11 millones de personas que viven ilegalmente en el país.
Obama dijo estar en desacuerdo con el fallo y que esperaba que su Gobierno triunfe en los tribunales.
El Departamento de Justicia estaba preparando una apelación a la orden preliminar de la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos, en Nueva Orleans.