La mexicana María Inés Teresa Arias del Santísimo Sacramento fue beatificada ante miles de fieles en la Basílica de Guadalupe de Ciudad de México, como reconocimiento al milagro de devolver la vida a un niño ahogado en 2001, quien estuvo presente este sábado en el acto. El niño, llamado Francisco Javier Carrillo Guzmán y que ahora tiene 12 años, acompañó hoy a una religiosa que portaba un relicario con un mechón de pelo de la monja (1904-1981), en una ceremonia que estuvo presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
Amato leyó una carta firmada por el papa Benedicto XVI, en la que autorizaba que la mexicana pueda ser llamada beata de ahora en adelante y que se pueda celebrar su fiesta el 22 de junio de cada año.
Sor María Inés “unió al fervor de la contemplación de los divinos misterios el celo misionero del anuncio del Evangelio a todos los hombres”, escribió Benedicto XVI sobre quien desarrollara un largo trabajo de misionera como fundadora de las congregaciones de las Misioneras Clarisas (1945) y de los Misioneros de Cristo por la Iglesia Universal (1979).
El papa certifica así el milagro de la religiosa, cuya intervención propició que el niño, que entonces tenía un año y medio, resucitara tras ahogarse al caer en una piscina y recuperarse después sin ninguna secuela.