Han pasado dos años desde que Facebook compró WhatsApp, la aplicación de mensajería de mayor crecimiento mundial. Sus fundadores, Jan Koum y Brian Acton, son millonarios. Sin embargo, poco parecen haber cambiado las cosas. Ambos siguen al frente del programa que enterró los SMS. La sencillez ha sido la seña de identidad tanto del equipo como de la propia aplicación. Luchan para que así sea, porque lo consideran una de las claves de su éxito.
Aunque la curva de crecimiento no es tan pronunciada como aquella que enamoró a los inversores de Sequoia e incitó a abrir la chequera a Mark Zuckerberg en 2016, han superado los 1.000 millones de usuarios activos mensuales. Su última innovación han sido las llamadas de voz, al día se realizan 100 millones.
Ya anunciaron que el año que viene llegará la videollamada, algo que ya ofrecen Skype, Hangouts y Facetime, pero con la ventaja de integrarse en su interfaz y contar con la agenda.