El Congreso estadounidense retornará esta semana dispuesto para una mayor confrontación con el presidente Barack Obama, debido a una posible crisis porque se están agotando los recursos para tareas de seguridad.
Los miembros del Senado y la Cámara de Representantes reiniciarán sus trabajos con la asignatura más apremiante, la aprobación del presupuesto regular para el Departamento de Seguridad Interna (DHS).
Esto debido a que los fondos autorizados en diciembre pasado por el Congreso bajo la figura conocida como “resolución continua”, sólo cubrió el costo operativo del DHS hasta el próximo 27 de febrero, por lo que la agencia estará forzada a realizar despidos si no es aprobado el nuevo presupuesto.
Jeh Johnson, titular del DHS, anticipó que sin un presupuesto autorizado para el próximo viernes, su agencia se verá forzada a mandar a sus casas a 30 mil de sus empleados.
La asignación del presupuesto de 40 mil millones de dólares es visto con sumo interés debido a las ramificaciones que podría tener sobre la mayor agencia del Gobierno federal, responsable del control de las fronteras, entre otras tareas críticas para la seguridad nacional.
La cámara aprobó ya un presupuesto de gasto regular que cubrirá las operaciones hasta el 30 de septiembre próximo, cuando concluye el actual año fiscal.