El fiscal general de Marsella, Brice Robin, reveló este jueves el enigma del accidente del avión de Germanwings, filial de Lufthansa, una de las aerolíneas más seguras del mundo. El copiloto, Andreas Lubitz, según Robin, dirigió deliberadamente la destrucción del A320.
Andreas Lubitz hizo realidad su sueño de toda la vida: ser piloto de avión. Un sueño que, al parecer, él mismo convirtió en la pesadilla de 149 personas de 18 países.
Lubitz Tenía 28 años de edad y había nacido en Montabaur, en Renania del Norte-Westfalia, no estaba casado y vivía en Montbaur, en casa de sus padres. Además, tenía un apartamento en Düsseldorf, la ciudad del aeropuerto a donde se dirigía el vuelo 4U9525.
Amigos del copiloto, aseguraron que en el 2009 tuvo que tomar una pausa laboral porque había sido diagnosticado con el síndrome de burnout (estrés laboral) y depresión. Esta pausa que se tomó Lubitz para su intervención duró seis meses. El presidente ejecutivo de Lufthansa, afirmó que él superó todas las pruebas y exámenes y que sus capacidades para volar estaban al 100 %.
El joven tenía una experiencia de 630 horas de vuelo y había comenzado a trabajar en Germanwings en septiembre del 2013.
El fiscal del caso aseguró que Lubitz no estaba fichado por las autoridades judiciales francesas y apuntó que no se descarta la posibilidad de que se suicidara, dado que de forma aparentemente voluntaria, en sus palabras, inició el descenso del aparato y no respondió a las sucesivas llamadas de la torre de control.