Los presidentes de Rusia y Cuba se reunieron en el Kremlin y manifestaron el deseo mutuo de reforzar la alianza estratégica entre ambos países, mientras la isla está descongelando su relación con Estados Unidos.
El presidente ruso resaltó el progreso y la solidez de las relaciones con Cuba, y dijo que estaba muy satisfecho de dar la bienvenida a su par de la isla, el primero de los visitantes extranjeros en llegar a Moscú para asistir a la conmemoración del 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.
“Yo no podía faltar a esta fiesta”, afirmó Castro, tras referirse a “la gran victoria de los pueblos de la antigua Unión Soviética” sobre los nazis, recordó que también en Cuba se conmemora esta fecha, con diversas actividades, y mencionó la presencia en La Habana del presidente de la Duma estatal, Serguei Narsyshkin.
También destacó los importantes acuerdos en el plano económico que se lograron durante la visita que efectuó Putin a Cuba en julio del año pasado, que ahora se pretende llevar a la práctica.
Sobre ellos habló ayer, en su primer día de estancia en Moscú, con el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, en un encuentro centrado en la cooperación económica.
Ni Putin ni Castro hicieron más declaraciones tras su reunión, de la que no se han dado tampoco más detalles, pero los analistas consideran que el principal objetivo del mandatario caribeño es dejar en claro a Moscú de que a pesar del acercamiento entre Washington y La Habana, Cuba seguirá siendo un socio estratégico.
Las relaciones ruso-cubanas, que se enfriaron tras la desintegración de la URSS en 1991, fueron impulsadas de nuevo una década después.
El año pasado Rusia canceló 90 por ciento de la deuda contraída por la isla ante Moscú durante la época soviética, de unos 31.000 millones de dólares.
Ayer, el asesor del Kremlin Yuri Ushakov adelantó que la visita intentará avanzar con algunos proyectos que tienen mayores posibilidades de prosperar a corto y medio plazo.
Se trata de la reconstrucción de las centrales hidroeléctricas de Máximo Gómez y Habana Este -proyecto que Putin estimó en 1.200 millones de euros-, y la modernización del puerto marítimo de Mariel y del combinado metalúrgico Antillana de Acero.
Además, mencionó la construcción de un aeropuerto internacional con terminal de carga, y la creación de un nudo de transporte en el aeródromo de San Antonio de los Baños.
En el plano comercial, destacó la explotación del yacimiento de Boca de Jaruco, en el noroeste de la isla, en un proyecto conjunto entre la estatal Cubapetróleo (Cupet) y la rusa Zarubezhneft.
Al respecto, la mayor petrolera rusa, Rosneft, anunció que estudia participar en la exploración de la plataforma continental cubana, cuyas reservas se estiman en hasta 20.000 millones de barriles de petróleo. Rosneft se plantea también transportar el crudo que extraiga en Venezuela a las refinerías situadas en Cienfuegos para su posterior exportación a toda América latina.