Todo en exceso es malo y la tecnología cada día nos da muestra de ello, pues de acuerdo con varios estudios recientes, el uso por tiempo prolongado de los diferentes dispositivos móviles, puede causar deformaciones en el cerebro tanto físicos como de orden psicológico.
Mientras algunos estudios asegura que la dependencia a las tablets o teléfonos inteligentes es similar a quienes consumen drogas, otros más advierten de trastornos psicológicos como el cibermareo, el síndrome de la vibración fantasma y diferentes fobias.
Sin embargo, las afectaciones físicas van más allá, tales como el síndrome del túnel carpiano y el ojo seco.
Los jóvenes son los más expuestos a estos posibles efectos adversos. Como su cerebro puede adaptarse al cambio constante, expuestos como están desde temprana edad a la tecnología moderna, no logran discernir las consecuencias de sus actividades diarias y permanentes con el terminal.
De acuerdo con la psicóloga Ana María Cardona Jaramillo, directora de programas de la especialización en Psicología Educativa de la Universidad de la Sabana, es alarmante la posibilidad de generar una adicción al uso de esta tecnología, “especialmente frente al hecho de estar siempre conectados”.
En este sentido, uno de los más recientes estudios que constatan el efecto de la adicción al Internet reveló que un 51 por ciento de 2 mil usuarios encuestados afirmó sufrirán ansiedad, enfado y/o tristeza al no poder revisar sus correos o entrar a sus redes sociales debido a problemas técnicos.
Además, los encuestados aseguraron estar conectados por más de seis horas diarias.