Con saludo marcial y la tristeza reflejada en el semblante cerca de 100 elementos de la Policía Estatal Preventiva (PEP) y de la Dirección de Vialidad encendieron los estrobos y las sirenas de sus patrullas y moto patrullas, en señal de duelo, de homenaje, de despedida al subdirector de la PEP, Tomás Piza Ramírez, quien este jueves perdió la batalla contra el Covid-19.
Es la primera baja en las filas de la fuerza pública estatal de Campeche, el primer mando caído en el frente de batalla –junto con personal médico, enfermería y paramédico- ante el embate de la pandemia, de la ignorancia y la inseguridad.
“Comandante Tomás”, como lo conocían en las filas policíacas, murió en el cumplimiento de su deber. Realizaba el pase de lista, supervisaba sectores y atendía improvistos en la Secretaría de Seguridad Pública de Campeche (SSPCAM), cuando el virus empezó a hacer estragos en su cuerpo.
Era la madrugada del sábado 6 de junio, cuando lo ingresaron al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en el área de urgencias respiratorias.
Quien fuera reconocido por su valor, entrega y desempeño por los años de servicio público con el “Premio al Mérito Policial 2018” enfrentaba ahora su más grande batalla.
No era un enemigo que portara arma de fuego o blanca que atentara contra el orden público o la integridad de un indefenso, sino un hostil e invisible virus que hacía estragos ya en su desgastado cuerpo por los años de dormir y comer poco en beneficio de la ciudadanía.
Cuatro días estuvo luchando por su vida, hasta que lamentablemente, la tarde del jueves 10 de junio sucumbió, lejos de sus subalternos, de su familia y seres queridos.
Las luces en rojo y azul de las patrullas se encendieron una vez más en su honor; el “llanto” de las sirenas recorrió calles y avenidas de la ciudad capital, dando cuenta del dolor policial, por la pérdida de un “hermano de armas”, de un padre de familia entregado a su más grande profesión, “proteger y servir”.