La pericia de un piloto de la aerolínea neerlandesa KLM, aterrizó una de las naves de la mencionada compañía en medio de los vientos huracanados, en Holanda.
El avión, procedente de la prefectura de Osaka en Japón, tuvo que terminar su viaje en el Aeropuerto International de Ámsterdam-Schiphol. Sin embargo, los vientos harían que casi ningún piloto lograra la mencionada hazaña.
Balanceándose de un lado a otro, el Boeing 777-300ER de matrícula PH-BVB consiguió aproximarse a tierra en medio del pavor de muchos. La maniobra, afortunadamente, fue exitosa y todo terminó en un hecho anecdótico y con un final feliz.
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