Verónica Ramírez y su familia fueron víctimas del racismo en un centro recreativo de Carolina del Norte. Esto ocurrió en Flex Fitness & Recreation Center en el condado de Hendersonville.
Los administradores del la echaron por escuchar música en español mientras disfrutaba de las piscinas del lugar. Este hecho se viralizó en redes sociales días después, en donde Verónica expresa su inconformidad “Me duele tanto ver la desigualdad y el racismo”.
Desde aquel evento desagradable Flex Fitness Center ha permanecido cerrado, pero el local que rentaba Verónica tenía un letrero de desalojo. Como muestra de apoyo se abrió una cuenta de GoFundMe para apoyar a Verónica.
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