Miles de peregrinos provenientes de distintos puntos del país recorren varios kilómetros para llegar a la Basílica y mostrar su fe o agradecer a la Virgen de Guadalupe. Como muestra de su devoción, muchos feligreses caminan varias horas por las distintas carreteras del país hasta llegar a la Ciudad de México y poder acompañar aunque sea por un momento a la “Morenita del Tepeyac”.
Pese al intenso frío que persiste por las mañanas y las noches, los fieles recorren oscuros caminos, portando en su espalda o pecho la imagen de la virgen que los protege y que este lunes cumple 485 años de su aparición.
Niños, jóvenes y adultos se conforman en pequeños o grandes grupos para acudir al recinto católico más visitado del mundo y pedir por la salud de alguna persona, la prosperidad de las familias o simplemente agradecer por un día más de vida.
El impacto que causa la Virgen del Tepeyac no es únicamente a nivel nacional, pues en esta gran celebración de la “reina de los mexicanos” también se congrega gente de todo el mundo que busca tener un encuentro con ella.
En la explanada de la Basílica, un gran parte de los peregrinos que viajan desde otros estados de la República colocan sus cobijas en el suelo y, pese a las bajas temperaturas, ahí pasan la noche para sentir que estuvieron con la Guadalupana.