El Senado de Brasil aprobó someter a la presidenta Dilma Rousseff a un juicio de destitución, una medida que dejó su mandato a una votación de terminar abruptamente y bajarle el telón a más de 13 años de la izquierda en el poder.
Tras más de 15 horas de debate, los senadores dieron un fuerte respaldo al impeachment de Rousseff, que fue suspendida el 12 de mayo acusada de haber violado la Constitución al autorizar gastos a espaldas del Congreso.
Los cargos, considerados “crímenes de responsabilidad” que son castigados con la pérdida de la presidencia, tuvieron 59 votos a favor y 21 en contra, un resultado holgado que preanuncia un escenario difícil para la primera mujer que llegó a la presidencia de Brasil, según confiaron senadores a la AFP.
La posición en favor del impeachment obtuvo cuatro votos más que cuando el proceso fue admitido para su análisis.
“Es culpable por acción u omisión”, dijo durante su discurso Miguel Reale, uno de los juristas que suscribió el pedido de impeachment y que habló en representación de la parte acusadora.