Los diputados federales se aprobaron en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF-2016) una bolsa de fin de año de 400 millones 948 mil de pesos: 323 millones 836 mil pesos por “gratificación de fin de año” y un aguinaldo de 77 millones 112 mil pesos.
Cada diputado recibirá un depósito de 950 mil 517 pesos antes de concluir el próximo año; 465 mil 672 pesos por gratificación, 154 mil 224 pesos por aguinaldo, más 148 mil 468 pesos por el pago de sus remuneraciones (dieta, asistencia legislativa y atención ciudadana).
Además, esta cantidad podría aumentar de manera sustancial si el diputado preside alguna de las 56 comisiones parlamentarias, recibiría un aumento extra de –por lo menos– 300 mil pesos etiquetado como “subvenciones” (apoyo), que en teoría sirve para sufragar los gastos de la comisión que preside.
Sin embargo, en todos los casos se contemplan pagos para sufragar secretarios y secretarios técnicos, además de servicios como celular, vales de alimentos, boletos de avión, servicio de cafetería y hasta edecanes.
Además, los líderes parlamentarios convinieron aprobar recursos “extras” etiquetados como subvenciones.
Estos “apoyos” económicos emanados del erario público –que se autoasignan— han sido catalogados de manera reiterada por la Auditoria Superior de la Federación (ASF) como una “isla de opacidad”, toda vez que no se da cuenta de su destino y forma en que se usaron.