La operación, anunciada en un comunicado, busca retomar Ramadi, 100 kilómetros al oeste de Bagdad, una ciudad que es capital de la provincia sunnita de Al Anbar y que desde diciembre se encuentra bajo control del Estado Islámico de Irak y del Levante (EIIL), un grupo islamista radical vinculado a Al Qaeda.
También en Al Anbar, el EIIL controla además el centro de la ciudad de Fallujah, ubicada entre Ramadi y Bagdad, junto a otros grupos armados sunnitas que combaten al gobierno del primer ministro chiita Nuri Al Maliki.
Desde que el EIIL tomó las ciudades, el Ejército, la policía y algunas milicias tribales los combaten, y Ramadi y Fallujah se convirtieron en los principales campos de batalla del país.
En un comunicado emitido al término de una jornada de duros combates, la TV estatal iraquí dijo que tropas del Ejército mataron a 50 insurgentes en Ramadi, aunque no precisó si eran miembros del EIIL o de sus grupos aliados ni dio más detalles, informó la agencia de noticias EFE.
Más temprano, el comandante de las operaciones en Al Anbar, general Rasheed Fleih, dijo que fuerzas de elite reconquistaron la localidad de al-Bubali, ubicada sobre la ruta entre Ramadi y Fallujah, tras intensos enfrentamientos con insurgentes que la controlaban desde hace tres semanas, informó la cadena CNN.
Fleih dijo que los insurgentes habían llenado varias casas con explosivos antes de retirarse, a fin de que explotaran cuando eran registradas por los soldados, aunque no quiso dar cifras de víctimas.
Fuentes militares citadas por CNN dijeron que 20 policías o milicianos tribales iraquíes murieron en la recaptura de la localidad.
En el comunicado en el que anunció la ofensiva en Al Anbar, el Ministerio de Defensa afgano dijo que las fuerzas militares y policiales impusieron un toque de queda en Ramadi “hasta nuevo aviso”.
La ofensiva “se basa en registrar de arriba a abajo cada casa, tienda o empresa y comprobar las identidades de los civiles con el objetivo de encontrar las células terroristas más peligrosas”, agregó el texto.
Por otra parte, una fuente de seguridad de Ramadi dijo a la agencia de noticias EFE que el Ejército iraquí continuó los bombardeos con artillería y morteros de las zonas de Nizal, Al Shohada, Yabeil y el barrio militar, en el sureste de la ciudad de Fallujah, la más grande de la provincia de Al Anbar.
Los bombardeos causaron grandes daños materiales en casas y varias familias residentes en el este y sur de Fallujah se vieron obligadas a desplazarse fuera de la ciudad.
En tanto, helicópteros militares bombardearon unas zonas donde se encontraban grupos armados, supuestamente vinculados a Al Qaeda, en las zonas de Al Yazira y Al Jaldiya, en el norte de Ramadi, cerca de al-Bubali.
Mientras el ejército comanda los bombardeos, la ofensiva por tierra está liderada por las milicias tribales locales, compuestas mayormente por sunnitas que mantienen fuertes diferencias con el gobierno del primer ministro y líder chiita, Nuri Al Maliki, pero se niegan a quedar bajo la órbita del islam radical de Al Qaeda.
Horas antes de que comenzara la ofensiva en Ramadi, en el noreste de la capital, seis milicianos sunnitas progubernamentales murieron hoy acribillados por un grupo no identificado en un puesto de control cerca de Baquba.
Según informó el gobierno, los milicianos de Sahwa, una de las primeras milicias sunnitas que se aliaron con las fuerzas estadounidenses y luego con el gobierno central de Al Maliki, entre las víctimas se destacan el jefe local de Sahwa y sus dos hijos.