Compañías estadounidenses ya empezaron a explorar oportunidades de negocios luego de que el miércoles 17 de diciembre el presidente estadounidense Barack Obama y su par cubano Raúl Castro anunciaran la restauración de relaciones diplomáticas y que flexibilizarán las restricciones comerciales y de viajes.
El jueves pasado, el portavoz de Obama, Josh Earnest, no descartó que Castro pueda visitar en un futuro la Casa Blanca, lo que confirma el buen estado de las relaciones.
“La palabra clave es potencial”, dijo Bill Lane, director de asuntos de gobierno global de Caterpillar, citado por la agencia Bloomberg. “Cuba no necesita reconstruir su infraestructura. Necesita construir una infraestructura. Todo lo que hacemos en Estados Unidos es necesario en Cuba”.
El giro en la política hacia La Habana, marcada por un embargo que se extiende por más de 50 años, permite que las firmas estadounidenses puedan exportar bienes como materiales de construcción, equipos agrícolas e infraestructura de comunicaciones a la isla.
La flexibilización de las restricciones de viajes podría ayudar a la industria turística. Aunque no todavía, porque por ahora la entrega de licencias de viajes son limitadas, y excluye a las actividades de este tipo.