Luego de asegurar que en el padrón de productores con que cuenta, no hay quien siembre soya transgénica, el delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) en Campeche, Víctor Salinas Balam, son los apicultores que se quejan por el uso de químicos en el cultivo, quienes tienen que retirar los apiarios que se localizan cerca de la superficie sembrada.
En conferencia de prensa, Salinas Balam, afirmó que no hay cultivo de soya transgénica en la entidad, a pesar de que un medio local publicó lo contrario y añadió es un cultivo que no está prohibido y no hay un documento expreso que lo diga y que “sólo hacemos lo que nos diga la ley” y si no existe, “estamos coartando el derecho de algún productor de decidir si cultivarlo o no”.
-Lo que conozco es que hay un padrón y que de los beneficiarios ninguno siembra este cultivo transgénico, afirmó categórico al tiempo que pidió esperar a conocer la decisión final que sobre este asunto emita la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuerpo colegiado que realiza un análisis de si hay o no repercusiones.
-Todos son de la variedad “La Huateca” y si hay por ahí algún productor que lo hace, es su derecho porque no está prohibido, no existe un documento que lo diga como en el caso del algodón y el maíz; entonces, no podemos decirle que no lo siembre. De las más de 25 mil hectáreas que tenemos del padrón, que son de oleaginosas en el Estado, ninguno es de esta variedad.
Más adelante, se dijo dispuesto a reunirse con los apicultores, los productores de soya y autoridades del sector, para encontrar una solución a este problema, como propuso recientemente el secretario estatal de Medio Ambiente, Roberto Alcalá Ferráez.
Ante la insistencia de la queja de apicultores de Los Chenes, que aseguran que el uso de químicos para el cultivo de soya transgénica causa mortandad en los apiarios pues no se les notifica cuándo se hará su aplicación, el funcionario federal respondió que son los mieleros quienes deben tener sus colmenas a seis kilómetros de distancia de las zonas de cultivo, aún si llegaron antes de que se haga alguna siembra.
Finalmente, afirmó que se pretende la creación de un laboratorio que certifique la calidad del dulce, pero que deberá ser aceptado por la comunidad europea.