La investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Lourdes Toscano Hernández, reportó el hallazgo de una cocina maya prehispánica de casi mil años, en la cual se preparaban los alimentos para la clase gobernante del imperio de Kabah, en el sur de Yucatán.
La responsable del proyecto de rescate y salvamento de este centro ceremonial ubicado en la llamada zona Puuc, destacó que la importancia del hallazgo radica en que ésta se localiza en el centro de la ciudad maya, en el extremo norte del grupo Este, muy cerca del palacio real.
Esta ubicación, continuó la especialista, tenía como fin que los aromas de los alimentos llegaran a la clase gobernante durante el proceso de preparación, pero también se evitaba que las alimañas e insectos se colaran a la casa real, en especial del conjunto habitacional.
Destacó que esta es la segunda cocina real de su tipo que se encuentra en la zona, la primera en Labná, y pertenece al 750-950 DC, en el llamado clásico tardío.
La especialista del INAH-Yucatán expuso que aún cuando los trabajos de intervención del sitio iniciaron desde 2007 y existía sospecha de que un área de excavación de 14 metros de ancho por 40 de largo, era parte del sitio de preparación de los alimentos, fue hasta hace dos meses cuando se confirmaron las sospechas.
Se trata de un espacio donde residió la élite, en el que se encontraron restos arquitectónicos de mampostería y gran cantidad de cerámica, artefactos de piedra, metates y huellas de fogones, cuya antiguedad se calcula en unos mil años.
Por la disposición de los objetos encontrados se ha establecido que dentro de la cocina real hubo espacios destinados para diferentes funciones: en dos cuartos se encontró la cerámica, mientras que en espacios circundantes se ubicaron metates, así como dos áreas, por lo menos, donde hubo fogones.
En el sitio, abundó, se localizaron inicialmente 30 mil fragmentos de cerámica, 70 artificios de piedra para destazar y preparar animales para consumo, como manos de metate, percutores, navajillas, cuchillos y raederas, aunque en los últimos meses se ha duplicado ese número.