El Primer Mandatario de la Nación expresó que la transformación de Pemex es indispensable para liberar el gran potencial económico de nuestro país. “Tenemos que dar los pasos necesarios hacia una industria petrolera de vanguardia, que responda a las exigencias de México, y para ello vamos a transformar a Pemex bajo seis líneas de acción que son plenamente congruentes con el acuerdo que hemos suscrito en el Pacto por México”:
Primera.- Establecer una nueva estructura organizacional. Como patrimonio de los mexicanos, Pemex debe administrarse con la mayor eficiencia, honestidad, transparencia y rendición de cuentas.
Segunda.- Alentar la ética corporativa y la responsabilidad social. Como empresa de Estado, el compromiso de Pemex no es sólo con la rentabilidad; también lo es con el progreso y el bienestar social incluyente.
Tercera.- Promover el crecimiento verde. Pemex debe ser uno de los ejes centrales en la lucha contra el cambio climático, desarrollando energías renovables y promoviendo el ahorro de energía.
Cuarta.- Potenciar a la industria nacional. Como se acordó en el Pacto por México, Pemex debe incentivar el desarrollo de cadenas de proveedores nacionales. Por su tamaño y el alcance de sus operaciones será un importante factor de la Política Industrial que se pondrá en marcha.
Quinta.- Orientar las inversiones hacia las actividades de mayor valor agregado y rentabilidad para el país. Pemex debe suministrar los insumos energéticos que demanda nuestro crecimiento económico, y debe hacerlo con estándares de calidad y precios competitivos a nivel internacional.
Sexta.- Fortalecer su capacidad de inversión y desarrollo tecnológico. Como también los establecen las bases y acuerdos del Pacto por México, se realizarán los cambios necesarios para transformar a Pemex en una empresa pública de carácter productivo que se conserve como propiedad del Estado, pero que tenga la capacidad de competir como una empresa de clase mundial.
El Titular del Ejecutivo Federal dijo que con estas seis líneas de acción Pemex será sinónimo de modernidad, eficiencia y productividad; además, será ejemplo de innovación, desarrollo industrial y compromiso con el medio ambiente.
Indicó que de continuar las tendencias actuales de producción y consumo, “para el año 2020 México podría convertirse en un país estructuralmente deficitario en energía”. Este escenario, continuó, “es grave porque limitaría el crecimiento económico y, con ello, la posibilidad de mejorar la calidad de vida de millones de familias mexicanas”.
Evitar que esto ocurra, aseguró, “es una responsabilidad compartida. Depende, por supuesto, del Gobierno de la República, pero también de todas las fuerzas políticas, de los legisladores, de los trabajadores de Pemex, de quienes trabajan en otra de las grandes industrias energéticas del país, como es la Comisión Federal de Electricidad, así como de sus organizaciones sindicales”.