Estados Unidos instó este jueves a Rusia a frenar al presidente sirio Bashar al Asad, tras un ataque de la fuerza aérea gubernamental contra el hospital de la ciudad de Alepo.
El secretario de Estado John Kerry sostuvo que se trata de una táctica del régimen sirio de atacar deliberadamente hospitales y personal médico en las zonas controladas por los rebeldes, y que ya ha dejado cientos de muertos.
Kerry llamó a Moscú a que presione a su aliado de Damasco para respetar el cese de hostilidades entre las fuerzas del régimen y rebeldes que ha sido consagrado en una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Según el jefe de la diplomacia estadounidense, “Rusia tiene la responsabilidad de presionar al régimen para que cumpla los compromisos contraídos al firmar la resolución 2254, en particular dejar de atacar a civiles, servicios médicos y de primeros auxilios y respetar plenamente el cese de las hostilidades”.
Y es que Estados Unidos y Rusia son los copresidentes del Grupo Internacional de Apoyo a Siria, un cuerpo de 17 países conformado para promover el fin negociado de la guerra civil en Siria, iniciada hace más de cinco años.