La pregunta que hasta hace unos años era irrelevante para la mayoría, hoy incluso el solo pensarlo causa ataques de pánico para algunas personas y es que el teléfono móvil se ha convertido en un accesorio tan indispensable que algunas personas lo han llegado a considerar como parte de su cuerpo.
Guiado por esta necesidad creada por el hombre moderno, el investigador Russel Clayton realizó un estudio que demostró que dejar el teléfono por varios minutos arruina la concentración e incluso nos hace sentir enfermos.
Os resultados completos de esta investigación fueron publicados en la revista Journal of Computer-Mediated Communication, donde señala que mantenernos lejos de los celulares afecta las funciones cognitivas, eleva la presión arterial y la frecuencia cardíaca, además de que produce ansiedad e irritabilidad.
Para llegar a esta conclusión, Russel realizó el estudio con un grupo de jóvenes a los que les pidió resolver ejercicios mientras estaban con su teléfono. En la segunda fase les retiraron los teléfonos ya que “causaban interferencia con el medidor”.
Los investigadores alejaron los teléfonos y después los hicieron sonar, lo que hizo que la frecuencia cardíaca y la presión arterial se elevara entre los participantes, además de bajar la concentración.
Clayton concluye que los teléfonos ahora son una extensión de nosotros, por lo que cuando se está lejos de ello, experimentamos la disminución del “Yo” y el estado fisiológico se vuelve más negativo.