Al señalar que la mayoría de los 60 mil niños centroamericanos que ingresaron a estados Unidos por frontera con México no cuentan con representación legal, el gobierno norteamericano se ha dado a la tarea de conseguirles abogados.
Esto se debe a que el número de niños inmigrantes no acompañados se duplicó durante el último año fiscal, lo que no solo ha hecho que las audiencias se realice varias veces por semanas en vez de una vez en meses como antes, sino la saturación de los abogados que ya se dedicaban a la materia.
Los inmigrantes pueden presentarse con abogados a los tribunales de inmigración, pero no se les garantiza ni suministra a expensas del gobierno.
En estos casos tener abogado puede significar una gran diferencia pues mientras casi la mitad de los niños con abogado son autorizados a permanecer en el país, solo el 10% de quienes no tienen representación fueron autorizados a quedarse.
El mes pasado, el vicepresidente Joe Biden instó a los abogados a intensificar los esfuerzos para tomar los casos de los niños. Desde entonces, las ciudades de San Francisco y Nueva York han anunciado planes de asignar unos 2 millones de dólares para suministrar más abogados a los menores no acompañados. La legislatura de California aprobó 3 millones para ese propósito.
Por otra parte, unos 800 abogados de inmigración se han ofrecido como voluntarios para llevar casos.