El ahora exgobernador de Quintana Roo gastó 972 millones de pesos en la renta de dos aeronaves y un helicóptero para su servicio, los cuales arrendaba a la empresa veracruzana Taxi Aéreo Villa Rica, propiedad de la familia Francisco Ruiz Anitúa, amigo personal de Borge, y a quien supuestamente benefició con otros proyectos.
Además, desde 2014, Borge rentó un helicóptero, por el que gastó 19.5 millones anuales. Cabe señalar que el dinero gastado en las aeronaves fue para uso exclusivo del gobernador.
Ayer, compareció en comisiones Carlos Alberto Acosta, director general de la empresa Vip Saesa (Servicios Aéreos Ejecutivos, SA), línea aérea que transportaba a diputados y funcionarios.
Los diputados dieron de plazo de tres días a Carlos Alberto Acosta para que presente toda la información sobre esta empresa que es del gobierno del estado.
El señor Acosta reveló a medias el desorden y manejo discrecional de esta aerolínea, que de entrada permitieron establecer la magnitud del derroche de la transportación de Roberto Borge.