La nueva cepa de COVID-19 ya empieza a incomodar a gente de los ejidos ante el riesgo que representa pues es más agresivo; aunque el trabajo de los campesinos es en zona abierta no están exentos de contagio, pero su preocupación es la presencia de gente de fuera que tiene que ver con el comercio, con la asistencia técnica, señaló Layda Rosa Ibarra Becerra, coordinadora del Congreso Agrario Permanente (CAP).
-Causa temor la gente que llega y ahora que comienzan las clases presenciales, aún más pues señalan la falta de servicios de salud.
Ibarra Becerra comentó en las labores del campo no usan cubrebocas, pero están en campo abierto, con pocas personas a su alrededor, el aire circula libremente y el calor es intenso y se ha dicho que las altas temperaturas afectan al virus.
-Lo usan cuando vienen a la ciudad, llevan cubreboca, usan gel antibacterial, se protegen lo más posible, pero requieren de mayor atención en servicios de salud en sus comunidades, pues viene gente de fuera para surtir el comercio local, vender otros productos y no hay la certeza de que no están contagiados.