Todavía hay familias que tienen la tradición bien arraigada y quienes se despiertan muy temprano, casi de madrugada para la elaboración del pibipollos este primero de noviembre como lo hacían los antepasados.
María Candelaria Ake Dzul, oriunda del municipio de Calkiní compartió que es este día en el que se debe elaborar el tradicional guiso, para que el dos de noviembre las familias acudan a misa a los panteones.
“Muchos en la ciudad capital elaboran el pib el dos de noviembre pero la fecha buena es el día primero, y nosotros seguimos la tradición, aunque la pandemia ha frenado los rituales que se seguían, como ir al mercado hasta altas horas de la noche”.
Aún con la crisis económica, la mujer de descendencia maya comentó que se hace un esfuerzo por colocar el altar en una esquina de su humilde vivienda, en la que se puede apreciar en el centro el pibipollos, frutas de la región y dulces típicos, así como el pan con chocolate.