Jorge Lomónaco,representante de México ante la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACDH), dejó claro que el caso de la desaparición forzada de los normalistas de Ayotzinapa, así como la ejecución en Tlatlaya deja ver que la violación a los derechos humanos en México continúa, pero cada vez menos y los casos no quedan en la impunidad.
Afirma que en éste y el de Ayotzinapa lo más importante es que no hay impunidad. “Mientras están en marcha las investigaciones no hay impunidad. Cuando termine podemos discutir si hubo impunidad o no”.
Una sociedad civil en México que reclama y acusa todo el tiempo es necesaria, y también es producto de la colaboración con la Oficina del Alto Comisionado, que ha contribuido a la elaboración de manuales, normas y leyes. Se instaló la oficina en México como un caso excepcional, porque el gobierno pidió que se estableciera en el país, y no como todas las adscripciones en el mundo, que fueron abiertas por mandato del Consejo de Derechos Humanos o por el propio alto comisionado, señaló el diplomático
“El desarrollo de capacidad, es un poco como el proverbio chino, no es darnos los pescados, sino enseñarnos a pescar. Y si vemos el récord de lo que se ha hecho en estos años, es impresionante, incluyendo haber contribuido al desarrollo de una sociedad civil muy vibrante, muy presente y demandante que es fundamental para el respeto a los derechos humanos”.
Reconoce que México no tiene un récord perfecto de cero violaciones a los derechos humanos, por lo que la evaluación hecha por el organismo internacional y el gobierno mexicano deja en claro que es el momento de que la oficina se transforme.