Las fricciones económicas y comerciales tensaron hoy la jornada inaugural del diálogo estratégico entre China y Estados Unidos, una cita que había empezado con llamadas a la cooperación y el trabajo conjunto para superar los desacuerdos.
En el discurso que abrió la octava ronda del Diálogo Estratégico y Económico China-Estados Unidos, que se celebra entre hoy y mañana en Pekín, el presidente chino, Xi Jinping, reconoció que hay “diferencias difícilmente evitables” entre ambas potencias.
El secretario de Estado estadunidense, John Kerry, tomó la palabra a continuación para corroborar la existencia de esas “áreas de desacuerdo”, aunque también enfatizó que los dos países debían trabajar de forma conjunta para acercar posturas.
A medida que avanzó la jornada, las declaraciones de una y otra parte fueron evidenciando que esas discrepancias, además de en cuestiones controvertidas como las disputas territoriales en el mar de China Meridional o la situación de los derechos humanos en el gigante asiático, se extienden al terreno económico.
El Gobierno chino también aprovechó este foro para protestar ante Estados Unidos por las recientes sanciones o investigaciones a varias de sus multinacionales y reclamar un “trato igualitario” para sus empresas cuando operan o invierten en el país norteamericano.