El gobierno de Zimbabwe solicitó de extradición del dentista de Minnesota Walter James Palmer quien mató con ballesta y pistola a Cecil, el león más querido de África.
Por su parte el cazador emitió un comunicado en el que dice que confió en dos guías para asegurarse de que la cacería era legal. Dos zimbabwenses, un cazador profesional y el propietario de una granja, están detenidos por la muerte del león, que ha desatado indignación mundial.
La ministra dijo que Palmer violó la ley que controla la cacería. Dijo que Palmer, quien presuntamente pagó 50,000 dólares para cazar al león, violó la ley al pagar por una cacería ilegal. Y el dueño de la granja violó la ley porque “permitió que se llevara a cabo una cacería sin el permiso y el pago necesarios”, dijo.
Estados Unidos y Zimbabwe tienen un tratado de extradición vigente. El viernes, la embajada estadounidense no hizo comentarios al respecto.
El león era pacífico y gustaba del contacto con humanos, además de que estaba protegido y con un collar de localización. Su cadáver sigue expuesto al Sol para que lo coman los carroñeros y utilizar sus huesos para hacer un monumento contra la caería.