El primer ministro griego, Alexis Tsipras, enfrenta la mayor rebelión dentro de su partido izquierdista Syriza, luego de que el Parlamento aprobó el viernes un nuevo programa de rescate, obligándole a considerar una votación de confianza que podría allanar el camino para realizar elecciones anticipadas.
Los legisladores discutieron durante toda la noche sobre cuestiones de procedimiento, Tsipras logró con facilidad la aprobación del tercer rescate financiero del país por parte de prestamistas internacionales en cinco años, gracias al apoyo de los partidos opositores proeuropeos.
Los ministros de Finanzas de la zona euro deberían dar luz verde ahora a la ayuda vital para Atenas más tarde en el día.
No obstante, el voto dejó en evidencia la profundidad de la ira en el seno de Syriza por las medidas de austeridad aceptadas a cambio de la ayuda de 85,000 millones de euros (95,000 millones de dólares), ya que 43 legisladores -casi un tercio de los diputados de su partido- votaron en contra o se abstuvieron.
El número inesperadamente alto de disidentes, incluido el ex ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, aumentó la presión sobre Tsipras para que se libre rápidamente de los rebeldes y convoque elecciones adelantadas para capitalizar el apoyo popular.
“No me arrepiento de mi decisión de hacer un compromiso”, dijo Tsipras al Parlamento en defensa del rescate acordado con prestamistas de la zona euro y el Fondo Monetario Internacional.
“Elegimos la responsabilidad de seguir con vida en lugar del suicidio”, agregó.
Sin embargo, la votación dejó al Gobierno con un apoyo dentro de su coalición por debajo del umbral de 120 en la cámara de 300 escaños, el mínimo necesario para liderar una mayoría y sobrevivir a una moción de confianza si el resto se abstiene.