El voto hispano junto con los afroamericanos impulsaron el dominio ejercido por Hillary Clinton durante el supermartes, mientras que Donald Trump consolidó su liderazgo ampliando la diversidad del voto republicano.
Clinton ganó siete de los 11 estados en donde se celebraron elecciones y asambleas vecinales, colocándose ahora con mil 055 delegados, casi la mitad de los dos mil 381 que requiere un candidato para ganar la nominación presidencial demócrata, contra 418 en la columna de Bernie Sanders.
El dominio de Clinton en los estados del sur descansó en varios casos en el apoyo hispano, como en Texas, donde estuvieron en juego 222 delegados demócratas el martes y en donde en promedio casi cuatro de cada 10 habitantes es hispano, así como en Colorado, donde constituyen el 21%.
Una encuesta mostró que el martes un 67% de los hispanos que votaron lo hizo por Clinton, contra apenas 33% a favor de Sanders.
A nivel nacional más de siete de cada 10 hispanos registrados para votar apoyan a Clinton, de acuerdo con un sondeo previo de la cadena televisora Univisión, contra apenas 3.0% que favorece a Sanders.
Igualmente importante resultó el apoyo de los afroamericanos, en estados como en Georgia donde componen 31% de la población, seguido del 26% en Alabama y el 19% que alcanzan en Virginia, tres de los siete estados ganados por la exsecretaria de Estado.
Clinton se benefició en mayor medida del voto de los afroamericanos, quienes el martes votaron a su favor en una proporción de ocho de cada 10.
Trump por su parte amplió el número de delegados por la base de votantes que lo apoyan y en algunos casos atrayendo votantes que parecían favorecer mayormente a algunos de sus rivales, como el senador Ted Cruz.
Trump reafirmó así su posición como puntero de la contienda republicana, colocándose así con un total 315 delegados, seguido por Cruz con 205 y apenas 106 para Rubio.