Actualmente se sabe que los infartos del corazón o del cerebro ocurren con más frecuencia entre las seis de la mañana y el medio día. “Así, al saber con detalle cuándo suceden ciertos cambios metabólicos o cómo actúan algunas hormonas, los médicos podemos prescribir con mayor precisión cualquier fármaco y, con ello, potenciar sus beneficios en cada paciente”, afirmó el cardiólogoAlejandro Alcocer Chauvet, adscrito al Instituto Cardiovascular Cuernavaca.
El también especialista en cardiología clínica, Alcocer Chauvet, ejemplificó el caso de las dosis bajas de Aspirina, “un medicamento que, es prescrito correctamente por el médico e ingerido por la noche, puede prevenir mejor el temido evento vascular cerebral (EVC) y el infarto de miocardio, que ocurren cuando se bloquean los vasos sanguíneos que ‘alimentan’ al cerebro o al corazón, impidiendo la llegada de oxígeno suficiente a ciertas zonas de esos órganos”.
Desde hace años los científicos se preguntaban por qué los EVC ocurrían con más frecuencia en la mañana y cómo podrían prevenirse, sobre todo en quienes tienen hipertensión arterial. Y fue graciasa un par de estudios publicados en años recientes, en las revistas médicas Hypertension y Heart, dondese explicó el papel de los ritmos biológicos o ciclos circardianos.
Dichos ritmos ayudan a conocer cómo y cuándo actúan ciertas hormonas, así como qué cambios físico-químicos ocurren en el organismo, lo que ayuda a determinar el momento idóneo para administrar un fármaco. Estos ritmos son un sistema complejo, en el que la actividad de ciertas células y sustancias es similar al de cada pieza del mecanismo de un reloj que, cuando alguna falla, provoca trastornos importantes y hasta mortales en las personas.
Uno de los estudios publicado en la revista Hypertension, sobre Aspirina a baja dosis, señala que administrarla por la noche y no al despertar disminuía mejor la presión arterial durante el día, con lo que baja el riesgo de sufrir un EVC en personas hipertensas; incluso, en aquellas que no se habían sometido a tratamiento previo.
El estudio sugiere que tomar dosis bajas de Aspirina (100 mg) podría ser muy útil para el control de la presión arterial en pacientes pre-hipertensos, retrasando así la evolución de la enfermedad y la necesidad de tomar fármacos más costosos. “Este efecto también se ha comprobado en individuos sanos y en mujeres con predisposición a pre-eclampsia, una forma de hipertensión arterial en el embarazo”, agregó el Dr. Alejandro Alcocer Chauvet.