Según la Secretaría de Salud Federal, de cada 100 mujeres en México, diez padecen anorexia o bulimia de las cuales cinco mueren, la mayoría de ellas, entre los 15 y 23 años de edad, pero curiosamente en Campeche, en la Secretaría de Salud no existen estadísticas, ni programas dirigidos a combatir este problema, ante el desconocimiento de las autoridades en Salud Estatal que preside Alfonso Cobos Toledo.
La Organización Mundial de la Salud estima que cada año se registran 20 mil casos de estos trastornos de la alimentación que hoy en día se han convertido en un problema de salud pública.
Ana María Chávez Hernández, especialista en Trastornos de la Conducta, precisó que los trastornos alimentarios pueden ser características que se presentan en una persona que ha tenido al menos ideación suicida, es decir, las tendencias suicidas con la bulimia y la anorexia van de la mano.
Precisó que existen características similares en todos los trastornos alimentarios como es la obsesión por la imagen corporal, miedo intenso a engordar, alteración en la percepción de peso, talla o silueta, sentir perder el control cuando se come, sentir culpa después de que se come.
“Quienes registran cualquiera de estos padecimientos llegan a pensar que la resolución de sus conflictos está condicionada a la adquisición de delgadez.
“Los trastornos alimentarios tienen que ver más con las emociones que con el cuerpo, quienes los padecen usan su cuerpo como el escape de sus emociones, al no saber darles el cause adecuado”, dijo.
Mencionó que Campeche no escapa a los trastornos de la conducta alimentaria, los cuales han llegado a ser una preocupación de salud pública en varios estados del país, sobre todo en ciudades clasificadas como urbanas, en las cuales los jóvenes aspiran a un modelo físico que implica un peso corporal bajo comparado con la talla del individuo. Un comportamiento que se ha hecho particularmente evidente entre las mujeres.
“Se debe poner especial interés en los TCA ya que las consecuencias de la bulimia y anorexia no atendidas en su momento, pueden llevar a quien lo padece, a que se le presenten desórdenes orgánicos como son las úlceras, pérdida de pelo, dolor de huesos, decoloración de uñas, afectaciones endocrinas, amenorrea (pérdida de la menstruación), daños al hígado, a los riñones o los sistemas que conforman el cuerpo humano”.
SECRETARÍA DE SALUD, SIN PROGRAMAS EN CONTRA DE LOS TCA
Según datos del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, se estima que en Campeche existe un 20 por ciento de jóvenes con problemas de bulimia y anorexia, pero hasta el momento, según declaró el propio titular de Salud, no hay ningún sólo especialista en Trastornos de Conducta Alimentaria, prueba de ellos es que la encargada de orientar a las personas que padecen de Bulimia y Anorexia, es la propia titular del Consejo Estatal de Salud Mental del Estado de Campeche (Cosamec), Rosaura González Castillo.
Curiosamente, la Secretaría de Salud de Yucatán y de Quintana Roo, -y cerca de 22 estados más-, en el 2013, llevaron a cabo encuestas entre estudiantes de secundaria y preparatoria, para conocer la incidencia de trastornos alimenticios como la bulimia y la anorexia.
En el 2013, estos estados realizaron levantamientos en poco más de 300 escuelas, para detectar que entre el 25 y 30 por ciento de los encuestados presentaron alguna práctica o sufren de algún problema social que puede llevarlos a sufrir este padecimiento.
El principal objetivo de estas encuestas, según señalan estas dependencias de salud estatales, es recabar datos valiosos para determinar qué tan recurrentes son los trastornos alimenticios entre adolescentes y jóvenes, y para ofrecerles alternativas para que sepan de esta enfermedad y como prevenirla o atenderla.
Sin embargo, en la entidad, ni el secretario de Salud, Alfonso Cobos Toledo, ni el Consejo Estatal de Salud Mental del Estado de Campeche (Cosamec), han implementado estrategias ni encuestas que detecte el número de jovencitas que padecen de estos transtornos.
Por el contrario, se han enfocado a presumir una lucha contra la obesidad, sin estrategias claras.
“En el Estado hemos realizado estudios con niños de cuarto a sexto año de primaria, para hacer la detección oportuna de obesidad, sobrepeso y dixlepidemia debido a que se ha detectado altos índices de colesterol y triglicéridos en este sector”, precisó Cobos Toledo en entrevista.