La sensibilidad que caracteriza al Papa Francisco ha vuelto a sorprender a todo el mundo cuando durante una visita a la colina que conserva los restos de soldados italianos de la Primera Guerra Mundial, gritó desgarradamente: “¡la guerra es una locura!”
La colina que sirve como cementerio en honor a los caídos, resguarda los restos mortales de 100 mil 187 soldados italianos.
El sumo Pontífice aseguró que sus palabras correspondían a un desahogo del corazón pues al ver el imponente paisaje en que esa colina hoy se ha convertido, no tiene más que agradecimiento con la gente que la habita, “gente trabajadora que lucha todos los días por sacar adelante a sus hijos”.
Se trata del cementerio nacional de Redipuglia, cercano a la frontera con Austria, misma que el Santo Padre planeó como visita personal. En esas colinas combatió también su abuelo, Giovanni Bergoglio, quien relató la crudeza de aquellos años a su nieto Jorge Mario.
Conmovido, el Papa recordó que “todas estas personas, cuyos restos reposan aquí, tenían sus proyectos, sus sueños… pero sus vidas quedaron truncadas”. Haciendo un salto al panorama actual, el Santo Padre comentó que, tras el desastre de las dos guerras mundiales, “quizás se puede hablar hoy de una tercera guerra combatida ‘a trozos’, con crímenes, masacres, destrucciones”, lamentó.