Combatientes del grupo yihadista Estado Islámico (EI) han ganado terreno en la ciudad iraquí de Ramadi y amenazan la mayor refinería de petróleo del país pero Estados Unidos aseguró el viernes que los yihadistas siguen “a la defensiva”.
Los últimos avances del EI en Ramadi, donde tomó la sede del gobierno, no representan un retroceso, dijo el general de brigada Thomas Weidley, jefe de personal del comando de Estados Unidos que supervisa la guerra aérea encabezada por este país contra el grupo yihadista.
Weidley no pudo confirmar si los combatientes yihadistas habían tomado efectivamente el complejo gubernamental, como parecían demostrar fotos publicadas en las redes sociales por simpatizantes del grupo.
El general dijo, no obstante, que el EI tiene “éxitos episódicos, temporales, pero esto normalmente no se materializa en logros a largo plazo”.
Pese a la campaña de ataques aéreos liderada por Estados Unidos desde hace meses, el ejército iraquí ha tenido dificultades para avanzar en su ofensiva contra el EI en la provincia occidental de Al Anbar, así como en Baiji, al norte de Bagdad.
El asalto en Ramadi fue un “ataque complejo”, dijo Weidley, y las fuerzas del gobierno iraquí lograron “repeler la mayoría de estos ataques, pero algunos avances lograron” los yihadistas, reconoció.