La NASA insistió el viernes que ha reclamado primero los motores de cohetes que se asientan en el fondo del Océano Atlántico, un día después de que el aventurero adinerado Jeff Bezos anunció el descubrimiento de una pieza preciada de la historia espacial.
El fundador de Amazon.com y CEO reveló el jueves que, usando un sonar de aguas profundas, un equipo encontró los motores F-1 que habían impulsado al cohete Saturn V que llevaba a Neil Armstrong y a la misión Apolo 11 a la luna “tendidos a 14,000 pies (4.2 kilómetros) debajo de la superficie”.
“Estamos haciendo planes para intentar elevar uno o más de ellos del fondo del océano”, escribió el inversionista multimillonario y empresario.
El administrador de la NASA, Charles Boden, en su propio comunicado del viernes, aplaudió a Bezos y a su equipo por su “descubrimiento histórico” y les deseó “la mejor suerte del mundo”.
Al mismo tiempo, señaló que cualquier motor del Apolo que haya sido recuperado pertenece a la agencia espacial.
“La NASA quiere conservar la propiedad de cualquier artefacto recuperado y quisiera ofrecer uno de los motores F-1 del Saturn V al Museo Nacional del Aire y el Espacio del Instituto Smithsonian en Washington, Estados Unidos, bajo acuerdos de largo plazo con la institución”, dijo Bolden.
El administrador de la NASA añadió que le ordenó al grupo que “proporcionara de manera rápida culquier pieza del cohete que se haya recuperado”.
Bezos, pidió, en un mensaje a la NASA, que el motor F-1 o cualquier otro artefacto espacial fuera mostrado en el Museo del Vuelo en Seattle, Estados Unidos. Esto todavía podría pasar si el “Smithsonian rechaza” tomar un motor que es elevado desde las profundidades del océano “o si un segundo motor es recuperado”, de acuerdo con el administrador de la NASA.